Mensaje del 20° Congreso Mundial Bautista

BWA

La Alianza Bautista Mundial es un movimiento internacional de Bautistas
Que comparten una común confesión de fe en Jesucristo
Unidos por el amor de Dios
Para apoyar, impulsar y fortalecerse los unos a los otros
Mientras proclaman y viven el Evangelio de Jesucristo
En el poder del Espíritu Santo
Ante un mundo perdido y doliente

En el 20º Congreso Bautista Mundial, llevado a cabo del 28 de Julio al 1 de Agosto en Honolulu, Hawái,

Vinimos,

• Para escuchar el mensaje del Espíritu a su iglesia.
• Para experimentar la comunidad de la familia bautista global.
• Para sentir la seguridad del abrazo fraternal de nuestros hermanos y hermanas de todo el planeta.

Escuchamos,

• El “Aloha” de los Hawaianos y experimentamos su espíritu de hospitalidad.
• La vital importancia de vivir y liderar en el ungimiento del Espíritu Santo.
• Que debemos reclamar la urgencia de proclamar un evangelio liberador que trae transformación.
• Los testimonios de nuestras hermanas y hermanos que han experimentado persecución, opresión, marginalización, desastres naturales e inducidos por la humanidad.
• El desafío de compartir el poder del evangelio de Cristo y rescatar a aquellos que viven sin la esperanza en Él.

Vimos,

• La belleza de la creación de Dios.
• La diversidad en la expresión cultural, la vestimenta y los estilos de adoración.
• La unidad de la familia global y la dicha de la amistad en Cristo.

Ahora, en sincronía con el Espíritu Santo que otorga y redime la vida en Cristo Jesús, confesamos nuevamente que todas las personas fueron y son creadas a imagen y semejanza de Dios y que, por lo tanto, son merecedoras de recibir su gracia redentora.

A su vez, en sincronía con el Espíritu, renovamos nuestro compromiso de:

• Comunicar, en el poder del Espíritu Santo, la verdad de Dios en Cristo Jesús como la esperanza del mundo. Porque el Espíritu del Señor está sobre nosotros y fuimos ungidos para:
o Familiarizarnos más con las enseñanzas de Cristo.
o Cultivar una rica vida de oración.
o Testificar del evangelio de salvación a través de Jesucristo.
o Proveer ejemplos de una vida santificada reflejando los valores enseñados por el Señor de la Iglesia.

• Apoyar los valores reflejados en las Metas de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. Porque el Espíritu del Señor está sobre nosotros y fuimos ungidos para:
o Remover el flagelo de la pobreza y el hambre.
o Apoyar los esfuerzos para proveer educación universal
o Trabajar para la sustentabilidad del medio ambiente.
o Promover la igualdad de género.
o Mejorar la salud de niños y madres
o Combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades.
o Desarrollar comunidades globales.

Capacitados por el Espíritu, comprometámonos a crear un ambiente en el que la misericordia y la verdad de Dios sean evidentes. Dejemos que la luz del amor de Dios brille en cada lugar donde se encuentre una necesidad humana.